El antiguo castillo de Miranda se encuentra en Celles, Bélgica. El solo hecho de verlo de lejos, en el estado de total abandono en el que se encuentra, puede sugerir que es un lugar de terror, poblado de fantasmas y criaturas espeluznantes.
Para llegar a este castillo que data del siglo XIX y que se encuentra entre espesos y tenebrosos bosques, se debe recorrer 20 km desde la ciudad de Dinat hasta llegar a su acceso por un camino empedrado.
Su historia pasa por guerras y revoluciones hasta convertirse en un orfanato, lo cual le da un aire aun mas terrorífico.
Según cuenta la historia, el conde Liedekerke-Beaufort se vio obligado a huir del castillo de Vêves en la época de la revolución. Para ocultarse de los peligros de muerte que le acechaban se instaló en una granja que se encontraba situada en la región de Ardenas. Pero una vez que el peligro pasó, los condes decidieron quedarse a vivir en el lugar.
Fue el arquitecto Millner, el encargado de construir el imponente castillo que estuviese a la altura de la posición de los condes. Y así fue como en el año 1866 se erigió el castillo de Miranda.
El castillo de Miranda también fue un orfanato
Más tarde el castillo fue pasando en heredad por las distintas generaciones de su familia. Esto fue asi hasta que en la segunda guerra mundial fue tomado por los alemanes. Aunque no duro mucho tiempo en sus manos, para volver al poder de sus verdaderos dueños.
Pero luego de algún tiempo el majestuoso castillo paso a manos de la compañía de ferrocarriles Belga (SCNB). Esta instaló un orfanato para los niños de los ferroviarios y le dio el nombre de Chateau de Noisy. Este orfanato se mantuvo en funcionamiento por largos 22 años y luego fue cerrado.
Fue en 1991 cuando quedó en total estado de abandono y pese a que el ayuntamiento a propuesto restaurarlo; por la importancia a nivel turístico que podría llegar a tener; la familia ha rechazado la oferta.
Quizá más allá de todo, este impresionante castillo esté destinado a ser habitado solo por los fantasmas; aquellos que disfrutaron algún día en vida del esplendor y las mejores épocas de tan majestuoso lugar.
