Un joven sueco que realizaba un salto de base en un edificio de Estocolmo salvó su vida de milagro. Un fallo impidió que su paracaídas se abriera y tras una caída libre de unos 75 metros impactó contra la acera.
Salto base, una diciplina muy peligrosa
El salto base es un disciplina que en la actualidad esta muy de moda, aunque hay que reconocer que también es un gran desconocido para muchos. Pero lo cierto es que se trata de un «deporte» muy peligroso.
Esta práctica consiste en saltar al vacío desde lugares fijos como puentes, edificios o antenas. Cabe destacar que no hay una velocidad inicial y que; para que el aterrizaje sea un éxito hay que tener un buen manejo del paracaídas.
Los saltadores de base usan el flujo del aire para estabilizar su posición, pero al tratarse de una altitud limitada, caen a velocidades más bajas y tienen menor control aerodinámico, lo cual puede provocar una perdida del control. Y como consecuencia final, puede ocasionar serios problemas a la hora de abrir el paracaídas.
Además hay que tener en cuenta que solo pueden realizarlo personas que tengan un gran dominio de la caida libre. Esto se consigue luego de haber practicado más o menos unos 200 saltos en caída libre.
Actualmente, siempre se lleva un solo paracaídas especial; el cual, teóricamente debería abrirse sin ningún problema. Llevar otro paracaídas de emergencia, como en el caso de salto desde un avión, no se considera una buena opción ya que la distancia es muy corta y en el hipotético caso de que el primero no se abriera, no daria tiempo a intentar abrir este último.
Lamentablemente cada vez hay más gente que pone su vida en riesgo con esta práctica.
El caso de este joven pudo resultar en una verdadera tragedia. Según los informes se encuentra ingresado en un hospital de Estocolmo con fracturas y heridas graves, pero por milagro su vida no corre ningún riesgo.