Las ballenas belugas son totalmente amigables y siempre se ven felices. Viviendo en regiones árticas, probablemente no esperarías que estuvieran tan llenos de vida, pero les encanta jugar y chapotear. Los acuarios los adoran porque hacen un gran espectáculo cuando están bien cuidados y se les da suficiente espacio para nadar.
No es de extrañar, entonces, que una ballena beluga en un parque oceánico en China le gustara a un niño pequeño y decidiera hacer amigos rápidamente.